Hubo un empresario una vez que era persona.Dos sustantivos que rara vez casan bien,puesto que lo primero suele comerse todo calificativo.
Éste era un señor de piés a cabeza.Un HOMBRE.Un ser que amaba -cómo no-
al vil metal y a su vez,tenía ese don por la gente que su sóla presencia
te hacía estar cómodo ante semejante caimán.Raro,al estar entre chacales.
Pues bien,hubo una vez un ser que amaba la VIDA.Se llamó BALAÑÄ.
Pedrito fue y Don Pedro poco más tarde.Hoy,los más jóvenes,le conocen por los Toros y el Cine...ambas cosas nos las acabarán quitando.¡Al tiempo!
Si existieran media docena de Pedro Balañá...¡adiós crisis!...seguiremos soñando...