domingo, 16 de octubre de 2011

ANDRÉS MONTES: ¡¡¡JUGÓN!!!

Hace dos años que no te escribo.
Escribir sobre uno de mis héroes es fácil.
Recuerdo la primera vez que le escuché. Fue un shock. Todo un ladrillazo en pleno rostro. Señores, estábamos hartitos de basket y nos creíamos haber llegado al sumun con Ramón Trecet.
Pero no.Apareció en nuestras vidas como un vendaval una noche con la NBA de excusa y
jamás se nos pudo ir ese ruidoso calvito encantador llamado Andrés.

Foto: MARCA






















Recuerdo los primeros partidos de los años 80 como placeres visuales,no sonoros.
Ver a Corbalán con pelo y aquellos aros tan duros en una pista marrón, me empezaban a decir que esto de la pelotita naranja tenía su punto.
Héctor Quiroga le pedía las estadísticas a Nacho Rodríguez Márquez, pero ningún Nacho (Calvo) jamás nos levantó del sofá o la silla de turno...incluso si pedían como éste, que fichásemos a extranjeros que venían por aquí y la liaban: "Que lo fichen..." llegó a gritar Calvo en pleno partido...
eso tuvo su gracia...y es algo inolvidable. Como lo fue Pedro Barthe, por todos los años que estuvo. O es mismísimo Pere Ferreres, que todavía (y que dure) imparte clases de su dulce poesía...
Recuerdo a Barthe con Quiroga en París Bercy en 1983,el preolímpico,en un Francia-España donde
 Epi con 29 puntazos en la primera parte (¡¡sin línea de tres!!)se puso las botas ante Dacoury y cía...
Pero Barthe duro décadas (meritorio), hasta que un día emergió del cosmos un señor también calvo
pero no de apellido que nos ¡GRITABA!.
¿Cómo puede ser esto?. Si el baloncesto es un deporte muy formalito que por no dejar...
ni te dejan jugar 20 segundos sin pitar algo (decía, Díaz Miguel)...
Aparece don Ramón Trecet y todo cambia. Domina el idioma,  las universidades yanquis y tenía ¡¡¡ sangreeeeeeeeeee!!!joder...at last!...alguien...
A partir de ahí...a soñar. Y lo hizo tan bien Trecet que metió la NBA en España.
Si señores.
Ramón Trecet con su verborrea y sus mágicas locuras nos preparó para lo que vino a continuación.
Es mérito suyo y de Canal + que supieron atraer un público nocturno con calidad llamada Daimiel, Salaner o Segurola. Antonio Daimiel...ese raro objeto de estudio...

Y aparece Andrés Montes. Un mundo aparte.El suyo.
El surrealismo hecho basket.
Una mezcolanza de placeres al servicio las 24 del día...(ya estamos...).
Ahí están en VHS, en el cajón. Decenas de partidos con su magia y la de los europeos que fueron a probar fortuna allí. Los grababa, pero sin darme cuenta que el nexo común era ese tipo tan especial,
tan "amarillo". El placer era ÉL.
Yo oía NBA. Los partidos eran seguidos porque Andrés estaba allí con Daimiel y te morías de gozo...noches, que a carcajadas, despertaba a mi mujer o a las niñas.No podía evitarlo.Ahí están...documentos...hechos...pura historia deportiva de nuestro siglo XX.
Había noches que automáticamente, si no estaba,lo quitaba y a la cama.
No aguantaba un Milwaukee-Atlanta del 94-94,por ejemplo, sin Andrés.
Eso lo empezaban a saber los del plus...
Y se nos fue.
Dos veces.
Primero al fútbol y luego a otra dimensión.
Porque como dice muy bien Albert Espinosa,cuando te vas, no acabas de irte.
Vives en todas esas personas a las que  has cambiado la vida.
Sigues viviendo en nosotros, aunque sean décimas de tu enormidad como ser humano.
Yo así te siento y no necesito tener tu imagen para sentirte próximo. Es otra cosa.
Me pasa con los seres queridos que se van yendo. Con Morente, hace 10 meses.
No ha pasado un sólo día sin escucharle y hablarle.Y no es ni familia ni amigo.
Es otra cosa...como diría Enrique...es : "Argo...¿El qué?...Argo...".
Buenas noches jugón. Y gracias...saluda a Drazen cuando veas al Mozart de Sibenik...

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